sábado, 5 de enero de 2013

Freedom.

Los pies desnudos sobra la hierba mojada, el aire fresco en la cara acariciando mi pelo y en cada poro de mi piel. 
La sensación de no deberle nada a nadie, de no tener nada pendiente, solo una obligación; respirar.
Los niños que corren con la pelota de fútbol, una familia en bici paseando, una pareja cofida de la mano, un abuelo con su nieto, una madre con su hijo.
Y ahí estoy yo, observando a cada ser humano, a cada persona, viendo como todos pasan. Y siento esa sensación, la libertad. Cierro los ojos y repito el mismo proceso, respiro lentamente y siento el aire en mi cuerpo y la hierba húmeda del césped en mis pies.
¿Por qué? Porqué nos preocupamos por mil cosas y no tenemos en cuenta las pequeñas cosas que hay a nuestro alrededor, los pequeños detalles, las personas que nos rodean, las relaciones que forman. Por qué estamos tan ocupados en ver hacia delante, pero ni si quiera miramos a los lados.
Puede que nos encontremos cosas muy hermosas a nuestro alrededor.
Te prometo una sonrisa cuando la necesites, y cuando no, también, te prometo abrazarte cuando lo necesites, y cuando no, también. Te prometo caricias, te prometo besos, te prometo te quieros, te prometo hacer de querer, te prometo volverte loco con mis locuras, te prometo ser bipolar, te prometo decir lo que pienso,  te prometo olvidarme de mil cosas, pero no de las importantes como cuándo es tu cumpleaños.
Te prometo infinitos amaneceres abrazándote, pero lo más importante.
Te prometo ser yo.